La reina de las redes
Sin lugar a duda, Facebook fue en su momento un gran salto cualitativo en las comunicaciones interpersonales en internet, que permitió a usuarios de diferentes edades, niveles económicos y estratos sociales, disponer de un medio “on-line” para estar más cerca de familiares y amigos o conocer gente nueva.
No vamos a hablar ahora de su impactante historia, pero sí interesa comentar cómo la magnífica intuición empresarial de Mark Zuckerberg le hizo vislumbrar rápidamente el gran potencial que tenía su creación, más allá de su naturaleza como red social: Facebook era una gran base de datos maravillosamente segmentada, con información privilegiada sobre hábitos, costumbres, estilos de vida y, muy especialmente, preferencias de compra de todos sus usuarios. El equivalente a una mina de oro sin explotar, llena de terabytes de información fidedigna en vez de pequeñas pepitas doradas. Los departamentos de Marketing de todas las grandes empresas querían toda esa información, sí o sí.
Como era de suponer, siguiendo al pie de la letra aquello de que la información es poder, Zuckerberg se convirtió de la noche a la mañana en alguien muy poderoso e influyente. ¿Cómo? Vendiendo al mejor postor toda esa valiosa información que Facebook recopilaba, obteniendo pingües beneficios que le posicionaron entre los hombres más acaudalados del planeta.
Rumores, rumores, siempre rumores
Sin embargo, ya llevamos unos cuantos añitos en los que no se deja de vaticinar el fin definitivo de la todopoderosa Facebook. Pero ¿qué hay de cierto en ello?
Ya las leyes de protección de datos trajeron malos augurios, ensombreciendo el futuro de Facebook, y supusieron un duro golpe a la estrategia de Zuckerberg. Después vinieron las regulaciones antimonopolio, los juicios y sentencias, y un largo etcétera de multas y sanciones.
De hecho, el 31 de enero de 2.024, el dueño de Meta testifica – y se disculpa – en el senado norteamericano por el impacto negativo de las redes sociales en los adolescentes, eso sí, junto con directivos de TikTok, X, Snap y Discord. (Ver noticia)
Mientras tanto, como no, la aparición de nuevas redes sociales también se convirtió en una bandada de pájaros de mal agüero para Facebook. Que iban a surgir nuevas redes competidoras era un hecho más que previsible para el que Facebook, la red social líder en la historia de Internet, debería de haber estado más que preparada. Pero en realidad no, no estaban preparados.
Y parches, parches y más parches
De hecho, Facebook reaccionó tarde y mal y Zuckerberg tuvo que adquirir Instagram en 2.012 ante la incapacidad de Facebook para adaptarse y convertirse en una red social tan ágil y dinámica como la red de moda del momento. También la mensajería instantánea pilló desprevenido a Zuckerberg, que tuvo que comprar WhatsApp en 2.014.
Luego vinieron redes dirigidas a perfiles profesionales como LinkedIn o a perfiles de edad muy concretos como TikTok, u otras con temáticas y formatos más específicos como Pinterest o Reddit, que se están comiendo el trozo de pastel que antes era solamente de Facebook. Incluso Telegram, la nueva omnipresente mensajería instantánea, ya le pisa los talones a WhatsApp.
Y qué decir de “la red anteriormente conocida como Tweeter”, ahora “X” (esta supuesta genialidad de Musk me recuerda tanto al fallecido artista anteriormente conocido como Prince que no podía pasar por alto la poca originalidad de Elon ). Pues sí, hasta “X” parece tener más futuro que Facebook… Elon Musk mediante. Tal vez por eso, Meta ha lanzado recientemente la red social “Threads”, por aquello de que vale más un “por si acaso” que un “yo creía”, a ver si aprovecha el río revuelto del cambio de dueño de la competencia.
Metaverso: el nuevo y esperado universo virtual
También puede que la culpa del declive de Facebook la tenga el “Metaverso”. Este nuevo universo virtual, del que Zuckerberg quería ser pionero, ha resultado ser más “irreal” que “virtual” y ha engullido gran parte del capital y de los recursos humanos disponibles en Meta (efectivamente, hasta se cambió el nombre de la empresa para magnificar el nuevo proyecto estrella de la compañía).
Habrá que seguir atentamente los nuevos episodios de este culebrón, a ver si Zuckerberg desentraña los misterios del “Metaverso” y lo convierte en un producto rentable, qué todo puede ser.
La cruda realidad
Por uno u otro motivo, o por todos ellos, lo que es un hecho es que hoy en día Facebook pierde cada vez más usuarios y al parecer la mayor parte de los usuarios resilientes tiene un perfil muy concreto: se sitúan en un rango de edad a partir de los 70 años, y pertenecen a una clase social media-baja, media-media, con conocimientos sobre internet y nuevas tecnologías más bien escasos.
Obviamente, esta falta de diversidad y cantidad de usuarios reduce mucho el interés de las compañías a la hora de elegir Facebook como soporte publicitario, lo que debe de estar suponiendo una importante pérdida de rentabilidad para la red con respecto a etapas anteriores y con respecto a sus competidores.
Pero todo lo narrado anteriormente no es, por lo visto, lo que finalmente asestaría a Facebook el golpe letal.
Cupido podría acabar con la “reina de redes”
Sin embargo, parece ser que quien realmente puede acabar con la reina de redes, eso sí entre otros “perfiles delictivos”, no es otro que… ¡un falso cupido que lanza flechas de estafa ponzoñosa!
Y es que, según informa Alfredo Pascual en el periódico “El Confidencial”:
«No es buena idea que tus padres estén en Facebook. El 99% son perfiles falsos para estafarlos».
Por lo visto, Facebook está plagado de perfiles falsos tras los que se esconden infinidad de estafadores, que utilizan diferentes y enrevesados engaños para vaciarles los bolsillos a sus víctimas.
Sigamos con el ejemplo del falso cupido y los estafadores disfrazados de amorosos pretendientes a distancia. Esto es algo realmente deleznable.
Vaya por delante mi más absoluta repulsa por los sinvergüenzas desalmados que se aprovechan de la vulnerabilidad de otras personas para destrozarles la vida, tanto emocional como económicamente.
Esta estafa se denomina el timo de las “cartas nigerianas”, ya que suelen ser organizaciones criminales localizadas en Nigeria las que habitualmente están detrás de este tipo de delito.
En resumen: partimos de unos “supuestamente perfectos caballeros o damas” que seducen a personas quienes, por un motivo u otro, adolecen de determinadas carencias afectivas que ellos consiguen detectar muy hábilmente.
Son capaces de convencer a sus víctimas de que su amor es real y sincero, pero… los pobrecitos delincuentes/pretendientes padecen de todo tipo de infortunios de manera continua y necesitan el dinero de sus amadas víctimas para salir adelante de esas variopintas situaciones adversas.
Y así es cómo se enriquecen utilizando las redes como un medio en el que sus verdaderas identidades están totalmente ocultas y protegidas.
Seguro que todos han oído hablar del caso de la localidad de Morata de Tajuña donde, de forma más o menos directa, estos seres repugnantes y sus malas artes les han costado la vida a 3 personas.
¿Por qué eligen Facebook todos estos estafadores?
Esta proliferación de falsos perfiles parece estar afectando a Facebook con mayor incidencia que a otras redes sociales. En mi humilde opinión, esto puede deberse a que, al igual que las empresas eligen las redes sociales en las que se publicitan en función de la presencia de su público objetivo, los ciberdelincuentes han adoptado la misma estrategia y han encontrado en Facebook su hábitat ideal.
Posiblemente, Facebook es la red que acumula un mayor número de usuarios con un alto grado de vulnerabilidad ya que, al no disponer de los conocimientos necesarios sobre las herramientas disponibles en internet para desenmascarar a estos estafadores, se convierten en víctimas fáciles de abordar y engañar.
Entiendo que, tanto Facebook como el resto de las redes sociales, se deben de estar poniendo las pilas para acabar con los falsos perfiles que tanto daño hacen, no solo a estas empresas, sino a las personas honestas y de buena voluntad (del tema de niños y adolescentes prefiero ni hablar, que se me pone mal cuerpo). La ciberdelincuencia es, en realidad, un asunto que nos atañe a todos, pero la llave de su desmantelación y prevención pasa por una criba de perfiles que solamente pueden realizar los propietarios de las redes en cuestión.
Ahora la pregunta es: una vez que la prensa ha puesto en la palestra esta situación ¿podría suponer el fin de la red social por antonomasia, o será Facebook capaz de revertir estas circunstancias y renacer de sus siempre humeantes cenizas?
Creo que la respuesta la conoceremos en un futuro cercano… o tal vez se desintegre en el metaverso.
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